Atrapados (literalmente) en Pandora

diciembre 28, 2009

AVATAR

8’4/10

¡Aloha, fans de Cameron! Un buen día de verano, 20th Century Fox cometió el error de dejar ver un trailer breve, montado de aquella manera y expuesto demasiado de sopetón, de su plato fuerte del año, una película vendida como todo un gamechanger, destinada a cambiar la industria y de poner patas arriba la forma de ver y hacer cine a día de hoy. A los fanáticos no hubo ni que convencerlos: aquel minuto y pico era el futuro de la Humanidad. Los haters también lo tuvieron fácil: lo visto, simplemente, no cumplía. Y el resto (yo mismo) también cometimos el error de hacer un juicio precipitado, era como juzgar una película por el color del plato en la que nos la iban a servir. Y como comprobamos en el Avatar Day, ningún trailer podría habernos vendido lo que James Cameron tenía guardado para nosotros en AVATAR.

El nuevo largometraje de James Cameron es, cómo decirlo, cine puro. Cine de la era digital. Cine del Siglo XXI. Cine contemporáneo, una superproducción de nuestro tiempo con las virtudes y defectos que ello implica. En esencia, es eso. ¿Qué no es? No es una obra maestra. No es “el nuevo Star Wars”. No es la mejor película de Cameron. Tiene defectos a puñados, y unas virtudes como camiones. Y es, básicamente, la suma de sus partes.

Me ahorraré el argumento, de sobras conocido. Literalmente, porque el punto de partida, el resumen básico es el ABC del cine de aventuras: forastero inadaptado se enemista con su origen al enamorarse de fémina indígena. A nivel argumental, el gran logro de Cameron es situar su historia en un lugar completamente nuevo, y la construcción, de puro sencilla, es idónea.

Los diálogos se explayan poco y van directos al grano: explican lo que tienen que explicar y lo que sobra, se queda fuera. Esto provoca que los personajes secundarios estén esbozados de forma muy básica, y es una lástima que personajes que podían haber dado tanto juego como el de Michelle Rodríguez (militar aguerrida), Sigourney Weaver (botánica malhablada), Giovanni Ribisi (corporativo cabrón) y especialmente Stephen Lang (puro villano de acción, militar sin escrúpulos) queden desdibujados, esbozados con leves matices y finalmente tópicos. Por suerte, resultan lo suficientemente funcionales para la ocasión.

De hecho, a la duración original pretendida por Cameron (algo más de 3 horas) tuvieron que amputarle unos 20 minutos para que encajara en el máximo minutaje que permiten las sesiones IMAX. Seguramente sea este el origen de la falta de profundidad de estos personajes, de la excesiva rapidez con que se despachan ciertas escenas y de la muy criticada ausencia de secuencias de la futura Tierra sumida en el caos (que Cameron anunció en su día y que aquí despachan con un par de frases evocadoras).

Básicamente, estos son sus defectos. Cebémonos, pues, con las virtudes.

Como hemos dicho, Cameron ha sido un genio a la hora de transportar su tópica historia a un mundo nuevo. Literalmente, porque su planeta-satélite Pandora es la auténtica dueña de la función, más allá de las batallas, la tecnología o los mismísimos Na’vi protagonistas. El nivel de detalle de sus espesas junglas, lo exótico de su original fauna azulada, su descomunal scope (mención especial para esas inolvidables montañas flotantes), la bioluminiscencia de su flora, el inagotable y fascinante concepto de todas las criaturas vivas unidas por una sola fuerza vital… Cameron se toma todo el tiempo del mundo (y eso le honra) en describirnos con exhaustivo detalle la vida en Pandora desde todos sus puntos de vista, lo que unido al conseguido efecto 3-D convierten el visionado de AVATAR en una absorbente, inolvidable experiencia que nos hace desear que no acabe jamás.

Enclavados en ese espectacular marco se hallan los dos personajes principales: el avatar del prota, Jake Sully (mezcla de humano y Na’vi), y la princesa guerrera Neytiri. Puede que Sam Worthington no llegue a ser una superestrella en el futuro, pero estos dos personajes sí perdurarán en la memoria cinéfila. No sólo por el asombroso trabajo de motion capture que nos los ha traído a la vida con una precisión y detalle que marcan un nuevo estándar. No sólo por su excelente concepción y diseño físico. No sólo porque su evolución como personajes nos mete de lleno en la historia y hace que nos la creamos por más elementos fantasiosos que nos echen. Es porque, cuando llega el primer beso, en una escena preciosa, uno está absolutamente rendido a sus pies. Y sin eso, no habría película.

Tras una primera mitad visualmente embriagadora, en un momento dado el film cambia el chip y se convierte en una cinta de sci-fi action (me gustan estos anglicismos tan explícitos) pura y dura. En el momento en que los malvados militares deciden pasar a la acción, aunque sea a costa de los indígenas azules, el scope aumenta espectacularmente y Cameron se pone a los mandos de unas secuencias de acción que ponen los pelos de punta, empezando por la caída del Árbol Madre y culminando en la batalla final.

La primera es, básicamente, la destrucción (misiles mediante) del hogar de la tribu Na’vi protagonista, un árbol de más de 300 metros de altura que es un ecosistema en sí mismo, y está tratado con una exquisitez visual deliciosa pese a lo complicado que resulta concebir y planificar una secuencia así.

Por su parte, la batalla final, que Cameron definió como “la madre de todas las batallas”, no es tan masiva en escala como pudiera ser, qué sé yo, los Campos de Pellennor en “El Retorno del Rey”, pero resulta igualmente espectacular: cazas, aviones y todo tipo de parafernalia militar por tierra y aire arrasando la jungla mientras un ejército de Na’vi también por tierra y aire les hace frente. Una secuencia de 20 minutos que muy pocos podrían haber llevado a buen puerto. Afortunadamente, Cameron nos deleita con planos largos y detallados, explícitos en su composición visual, en los que no se nos escapa detalle de dónde están los personajes o los elementos, en las antípodas de un Michael Bay cualquiera (y perdón por insinuar una comparación), y además está repleta de sorpresas y momentos verdaderamente emocionantes, y los efectos no flaquean un solo segundo, no hay un solo plano que nos saque fuera de la acción. Es básicamente, una secuencia de acción perfecta. Y, sorpresa de las sorpresas, durante la mayor parte, se prima a la excelente banda sonora por encima de los efectos de sonido.

Cuando el logo verde que nos indica el final de la película aparece en pantalla, uno sólo quiere que el proyeccionista se apiade de nosotros y la proyecte de nuevo. Tirando de más anglicismos, la definiré como un Epic Sci-Fi Tech-Action Blockbuster King-Size XXXL. Espectacular.

AVATAR borrará el recuerdo de “Titanic” en la mente de quienes la detestaran, y nos hará agradecer de nuevo el retorno de Cameron a quienes nos encantó. ¡Y somos más de los que lo admiten!

LO MEJOR >>> Pandora y los seres que lo habitan (x5). El concepto de la fuerza vital que todo lo une. Lo fácilmente que entramos en una historia de seres azules de tres metros de altura (y nos los creemos). Que el aspecto visual no ahoga a los personajes. Que podría haberse prolongado otras tres horas. Sam Worthington. El escalofriante reencuentro final (por así decirlo), en verdad inolvidable. Su arrebatadora fascinación conceptual.

LO PEOR >>> Demasiadas prisas. Que Cameron, a veces, no tenga un co-guionista. ¡Más Michelle Rodríguez! Que aquí no me caben todas las secuencias y personajes que me gustaría destacar. Que algún soplagaitas se la piratee.

B.B.

Entradas relacionadas:

-20/08/2009 Llega «AVATAR»


Menuda cagada

diciembre 10, 2009

Aaaaaaaaix… nuestro preciado destino… Qué cojones, ¡el destino es una mierda!. Sí, sí. Una mierda, no se alarmen ustedes por mi vocabulario. Es una mierda cagada por todos y cada uno de nuestros jodidos rectos (culos, para el que no se entere).Que no intenten convencerles de que el destino es un magnífico y magistral plan trazado metiCULOsamente por una mente (alma, espectro, ser superior o como le venga en gana llamar) privilegiada; porque si alguien ha realizado el esfuerzo de trazar el dificultoso camino de su propia mierda a través de numerosos entramados intestinales: ha sido usted. Efectivamente, el destino no existe más allá de su propia voluntad de cagarlo, o crearlo si lo prefiere entender así. Amén de la forma que luego tal creación adquirirá, según el empeño que se ponga en la hazaña.Y ¿a qué ha venido todo esto? pues a que… NO SÉ, solo era una pequeña reflexión fisiológica. Voy al servicio, a seguir creando mi destino.


One Piece: Una historia de piratas sin igual

diciembre 4, 2009

Nota: OBRA MAGNA

“Cuando me decidí a dibujar una historia de piratas me hice con todos los libros sobre piratas que encontré y me los leí, pero por lo visto aquellos piratas con los que soñaba de pequeño no aparecían en ninguno de estos archivos históricos… Así pues, llegué a la conclusión de que estaban tan inmersos en disfrutar de sus aventuras que se les olvidó escribir esas historias para las generaciones venideras”

Eiichiro Oda, autor de One Piece

En un principio lo veía como la típica historia patéticamente infantil donde hasta el estilo de dibujo hace que tengas que mirar el reloj cada dos por tres. No fue hasta que hace unos años un amigo me obligó a leerlo trayéndome a mi casa una bolsa con los 15 primeros en plan “sorpresa, sorpresa”, que vi lo equivocado que estaba… porque es con mucha diferencia la mejor historia de la que he tenido constancia en toda mi vida.

No sé por qué, pero tiene una magia que no he encontrado en ningún otro tebeo, libro, canción o película; es capaz tanto de hacerme reír a carcajadas como de que me ponga mimosón y a lo que no me doy cuenta, un par de lagrimillas (¡no más!) me resbalen por las mejillas. Es en momentos como ese cuando no puedo evitar echar la vista atrás para comprobar que no haya entrado nadie furtivamente en mi habitación cual zorro agazapado entre la maleza… Además, es curioso porque con One Piece no sufro habituación, es decir, no importa cuántas veces lo relea porque siempre consigue llegarme. “Me encanta” se queda corto cuando tengo que expresar hasta qué punto me gusta.

La historia cuenta cómo Luffy, el prota, decide abandonar su pueblo para hacerse a la mar en una triste barcucha con la convicción de encontrar una buena tripulación, un gran tesoro y convertirse en el rey de los piratas. Parece un argumento simple, ¿no? Al comienzo sí, pero luego la cosa se va truncando poco a poco hasta rozar en algunos momentos el anarquismo extremo. La historia supera el 10 cada vez que aparece un posible nuevo compañero para la tripulación. Que si un cocinero, un médico, una timonel, un carpintero… Y eso es sin ninguna duda lo que más me gusta, el cómo el autor, mediante flashbacks, nos cuenta los dramáticos pasados que tienen los personajes y cómo consiguen éstos afrontar sus problemas gracias a la ayuda que le brindan sus compañeros. Es muy bonito ver cómo alguien que había perdido toda ilusión por vivir encuentra nuevas motivaciones que le devuelvan la sonrisa.

El grupo de personajes principales lo conforma la banda de piratas de Luffy, y se complementan de tal manera que cada uno aporta lo que no tienen los demás, haciendo que todos, incluso los más débiles, sean imprescindibles. De hecho, uno de los personajes ppales., apoyando a otro que estaba de bajón, le dice magistralmente: “Lo que tú no puedes hacer, lo haré yo; y lo que yo no puedo hacer, lo harás tú. Mientras uno de nosotros siga vivo, quedará esperanza”. Buah, me emociono con sólo escribirlo… En fin, en cuanto a los personajes secundarios, como malos derrotados o aliados de sagas pasadas, en las portadas de cada capítulo, en vez de haber una imagen aleatoria innecesaria como en otros mangas, hay minihistorias de lo que les está sucediendo en esos momentos. Y así Oda consigue que nadie sea olvidado y que todos tengan su huequecito en el universo de One Piece.

No se debería jamás hablar de One Piece sin comentar su fantástica narración. Y es que los acontecimientos están tan perfectamente hilados, todo está tan exquisitamente interconectado entre sí, y los misterios se van desvelando de una forma tan cojonuda que cuesta imaginar cómo podría hacerse mejor. Pese a que sé que no, porque es imposible, a veces no puedo evitar plantearme si la historia de One Piece no estaría completamente ideada desde el principio y el autor simplemente lo que ha ido haciendo ha sido introducir de vez en cuando guiños a acontecimientos futuros, como quien suelta miguitas de pan para que vayas siguiendo un camino.

Los temas que se tratan son tan variopintos como la amistad, el sacrificio por aquellos que nos importan, no dejar nunca de soñar, la necesidad que tenemos todos alguna vez de pedir ayuda, la esperanza, la soledad, el honor… y de camino nos encontramos críticas argumentadas a unos cuantos de los artículos de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, además de a algún que otro ámbito moralmente interesante. Aunque destacaré entre ellas las realizadas:

– A la posible existencia de Dios (saga de Skypie).

– A la esclavitud (saga del Archipiélago Shabondy).

– A la xenofobia (saga del Archipiélago Shabondy).

– A la libertad de opinión y expresión (saga de Ennis Lobby).

– A la negación de algunas culturas al avance científico (saga de Skypie).

– A la cobardía que supone usar armas biológicas o de destrucción masiva (Saga del Baratie y saga de Ennis Lobby).

– Y a los métodos a los que son capaces de llegar los dirigentes de un país para preservar su posición de poder así como a la corrupción policial y política a escala mundial (cualquier saga, aunque las que más, Arlong Park, Arabasta y Ennis Lobby).

Portada del nº 56

Portada del nº 56

El autor parece tener una imaginación sin límites, aspecto que se aprecia no sólo por su genial humor y los estrafalarios personajes que crea, sino también porque narra las cosas de tal forma que, tras 12 años al pie del cañón y 56 tomos publicados (llegando absolutamente todos al puesto número uno de los más vendidos de Japón), aún consigue cautivar al lector. Si es que la historia, lejos de volverse monótona y aburrida, cada vez se pone más interesante. Y prueba de ello es que el número 56, que sale a la venta hoy mismo, batirá records al constar de 2’85 millones de copias en su tirada inicial. Todo un logro.

Curiosidades:

–  El estilo de dibujo de Eiichiro Oda es enormemente parecido al de Hiro Mashima, autor de Rave y Fairy Tail, lo cual se debe según mis investigaciones a que ambos trabajaron como ayudantes de Nobuhiro Watsuki, autor de Kenshin, en donde desarrollaron en paralelo su estilo.

– El autor se ha inspirado en un sinfín de personajes y lugares históricos, así como en mitos y leyendas populares que trataremos más adelante (palabra).

Strong World, la décima película de One Piece se estrenará el 12 de Diciembre, y su guión irá a costa de Oda. Además, a los asistentes se les entregará un volumen 0 con una precuela de One Piece.

– Una versión casi idéntica de este artículo fue publicada en ES LA HORA DE LAS TORTAS, pero lamentablemente, durante cambios de aquella web, se perdió. Hoy, más de dos años y medio después, lo traigo de vuelta.

Entradas relacionadas:

Tejiendo la historia & Es la Hora de las Tortas Cross Epoch

Una de piratas: Long John Silver nº1 – Lady Vivian Hastings

Otra de piratas: Siete Piratas

Censura estadounidense de One Piece

Fairy Tail

Enlaces de interés:

Enciclopedia de One Piece

PD: Para terminar, una frase que leí en un foro y que se me quedó grabada: «Larry Bird dijo una vez después de jugar contra Michael Jordan que esa noche Dios había bajado del cielo para jugar un partido de Baloncesto. Y después de jugar al baloncesto, Dios se metió a dibujar manga dentro de Eiichiro Oda».


MIEDO Y ASCO EN LAS VEGAS: la película

diciembre 1, 2009

Como comentábamos en el post precedente, abriremos paso hoy a la parte de “escribir verdaderas burradas”.

Nota: 5 raspadísimo
Cuando vi la película no pasaba por mi cabeza otra frase que: “vaya truño… vaya truño…”. Bueno, al fin y al cabo, podría haber sido peor ¿no? ¡¡¡¡¡NO!!!!! Me pareció tan aburrida, era tal mi hastío, que me torné incapaz de poner en funcionamiento mi imaginación para recurrir a calificativos más negativos, u ofensivos, al menos. Ahora bien, también es cierto que en mi juicio pudiera haber influido el hecho de que, previamente, ochocientasveinticuatromiltrescientas personas me hubieran dicho que era el peliculón del siglo.

Fuera como fuere, el caso es que la película intenta hacer un “mucho” de un “nada”. No hay mucho de donde sacar cuando todo gira entorno a las paranoias de dos tipos que aparecen de la nada y se muestran, la práctica totalidad del film, colgados. Sin embargo, y aunque reitero que me aburrí de sobremanera, hay detalles que no se deben obviar si es que algún día os atrevéis a verla; podría ser lo único que os salve de pegaros un tiro cuando acabe.

Gran parecido con Hunter S., ¿no os parece?

En primer lugar, no había mejor actor para interpretar el papel de yonkarra “number one”, que Johnny Depp. No solo se empolló los rasgos más destacados de la personalidad del periodista Hunter S. Thompson (que es la que se refleja en el personaje de Raoul Duke), sino que además le fue concedida la oportunidad de pasar unos días con él para estudiar al detalle sus gestos y manías (no pocos). El resultado, hemos de creer, fue magnífico. En la película se refleja el físico, la personalidad, el estilo y las manías del genial protagonista: un excéntrico periodista que huye, junto con su abogado, en busca de la ruina del sueño americano de los 70’: drogas, drogas, drogas, drogas…
Por otro lado, el co-protagonista (Benicio Del Toro) no merece mucho más que su nombramiento, pues sigue el mismo patrón que el primero solo que, a mi parece, peor interpretado.
En cualquier caso, es fácil entrever que no hay un desarrollo en la psicología de los personajes, sino que se debaten generalmente entre una dicotomía “on-off” del estado mental, mayoritariamente inclinados hacia el “on”, es decir, constantemente inmersos en su universo psicotrópico.
Como veréis, si os animáis algún día a videarla, no hay nada más allá de las narcotizadas experiencias de los personajes, salvo algún atisbo de moraleja profunda pseudo-modernita cuyo boceto aparece escasamente dibujado hacia la segunda mitad de la película. Esta no hace sino referencia al sentimiento hacia una época que tuvo su momento y significado, pero que ya pasó; y a aquellos que creen que siguen en tal tiempo y que no han conseguido superarlo. Comprobaréis, como he dicho, que esto ni siquiera puede intuirse claramente.
Las causas principales de la sensación de colocón que la película transmite al espectador se acumulan entre la esperpéntica planificación de los hechos, la utilización continua de planos picados y subjetivos y los efectos especiales incluidos en las secuencias paranoides de los personajes, que junto con la falta total de guión, hacen de esta película un ejemplo idóneo de bipolaridad: puede generar en el espectador la más absoluta de las repulsiones o el más grandioso de los agrados.

Universo delirante

Por último, me gustaría destacar una escena que llamó particularmente mi atención a raíz de la siguiente frase: “SI dios no quisiera que nos drogásemos no habría puesto tanta sustancia psico-activa en la tierra, ni tan a mano. Viva el Adenocromo”. Se trata de una escena en la que el D. Gonzo ofrece a Raoul Adenocromo, una sustancia supuestamente natural extraída en teoría de las suprarrenales y que produce los mayores efectos psicotrópicos que existen ni existirán para los personajes. Sería algo así como comparar LSD con Adenocromo y encontrar que el primero es una pequeña hormiga y, el segundo, el elefante más inmenso. Sin embargo, no queda claro si esta sustancia es real, o inventada por el director para verter algo más de delirios en la película. En cualquier caso, me parece, incluso, lo más destacable.
En fin… vean y juzguen por ustedes mismos.
Para poner fin a estas alucinaciones, os dejaré una frase típica de la película para que os hagáis una idea de la línea que sigue la narración:
“A ver que tenemos… 2 sacos de maría, 75 bolas de mezcalina, 5 papelas con el mejor LSD y un salero medio lleno de cocaína. Una galaxia multicolor de estimulantes, calmantes y alucinógenos. Y un litro de tequila, otro de ron, unas cervezas, medio litro de éter y 24 amyls. No lo necesitábamos todo, pero cuando te pones a apilar drogas, la tendencia es a pasarse de rosca.”


MIEDO Y ASCO EN LAS VEGAS: la novela y su autor

noviembre 13, 2009

Hace no mucho que vi esta película. Mi primera impresión, y también la última, no la dejan en muy buen lugar. Sin embargo, antes de escribir verdaderas burradas (que posteriormente, efectivamente, leeréis) decidí documentarme un poco para que, al menos éstas, estuvieran cargadas de razón.

Hunters ThompsonAl parecer, la película dirigida por Terry Guilliam, está basada en la novela, bajo el mismo título, del periodista estadounidense Hunter S. Thompson y fue publicada en 1971. Thompson destacó, en el contexto de la Guerra del Vietnam y años posteriores, por sus reportajes de guerra y por ser el icono de lo que él mismo denominó “periodismo Gonzo”.

Tal variante se caracteriza por el contacto directo con la noticia, en la que muchas veces, la implicación y protagonismo del periodista son tales que superan la importancia de la noticia misma; la fusión entre lo subjetivo y lo objetivo hace que los relatos cobren una viveza capaz de llegar a las entrañas de cualquier telespectador. De hecho, en sus obras en general y en la que hablamos hoy en particular, podemos observar personajes cuya forma de actuar está cargada de las influencias de esta corriente. Para aclarar, en parte, las generalidades de las que hablo, me remitiré a hacer un breve resumen de la novela, comentando ciertos puntos de interés:

El propio Hunter S. Thompson relata su vivencia personal (exagerada y deformada grotescamente) junto a su abogado Óscar Zeta Acosta. En la novela, su persona aparece bajo el pseudónimo de Raoul Duke, quien igualmente, viaja con su abogado: el Dr. Gonzo, ambos acompañados de un gran cargamento repleto de la mayor variedad de estupefacientes jamás imaginada.

Ambos se encaminarán hacia Las Vegas para cubrir un reportaje acerca de una carrera de motocicletas y en busca del siempre ansiado “sueño americano”. Como resultado de este cocktail, obtenemos extensos periodos de delirio incontrolado y alucinaciones psicotrópicas de lo más extravagantes en ambos personajes, flasbacks y descripciones incoherentes en referencia al escenario espacio-temporal. Un ejemplo destacado y muy comentado es que es imposible que el autor, en la vida real, pudiera asistir en el mismo día a la carrera de motos y a la convención de narcóticos, pues ambos sucesos tuvieron lugar con una diferencia temporal de un mes. El relato del autor puede hacer pensar que el desenfreno yonki dio lugar a la pérdida de percepción temporal real y que, por ello, se relatan de manera sucesiva y, cómo no, muy difusa.

Y aquí acaba el resumen; la novela no abarca más allá de los delirios y las paranoias, eso sí, a un ritmo vertiginoso. Sin embargo, podríamos considerar que el autor intenta retratar, con escuetas pinceladas, la escena decadente de aquellos años; unos años en los que se intentaba buscar la evasión mediante vías de escape alternativas, al horror y a los derroches de la guerra; buscar el descanso tras el agotamiento y abatimiento sufridos en la lucha contra la injusticia; buscar un modo de no pertenecer a aquello; buscar algún elixir capaz de solucionar las angustias de la existencia…

Arsenal

Como comentaba, esta última descripción tan profunda y asquerosamente modernita se aprecia a muy pequeña escala en la novela; lo que destaca de sobremanera, es el relato del viaje, literal y figurado, de dos colgados a través de la extravagante forma de vida de Las Vegas.


El mejor detective del mundo

octubre 27, 2009

Sí, sí, ya… Claro.


Otra de piratas: Siete Piratas

septiembre 22, 2009

Nota: 7,5/10

siete piratasDesde que estoy enganchado a One Piece, mi pasión por los piratas no hace otra cosa que crecer. Tanto, que he pasado de leerme los artículos de la Wikipedia de los mejores piratas que existieron a preguntar en mi librería por tebeos relacionados con estos rufianes que tanto parecían disfrutar de la aventura.

Así descubrí “Siete Piratas”. Este ejemplar forma parte de una colección de 7 números  autoconclusivos que tratan sobre 7 misiones compuestas cada una por 7 personas diferentes y que nada tiene que ver una historia con otra. Seguro que no me ha entendido nadie, pero no pasa nada.

En fin, aquí encontramos de nuevo una continuación diferente para la Isla del Tesoro ocurrida 15 años después de la mítica aventura de    R. L. Stevenson. Un promotor anónimo financia una segunda expedición a la Isla de Flint, porque parece ser que éste dividió su tesoro en dos ubicaciones diferentes, por lo que falta una de ellas, que además tiene en su haber un misterioso y pequeño cofre que guarda en su interior un gran secreto. Para tal misión se recluta a todos los que por una u otra razón tuvieron algo que ver con el viaje de La Hispaniola (el barco que usaron durante la primera travesía), entre ellos, un crecido Jim Hawkins y un mal caracterizado dr. Livesey, que, si en La Isla del Tesoro era un hombre de bien, inteligente, parsimonioso, alto, delgado y respetado… aquí es todo lo contrario. Tiene su gracia el cambio, sí, porque ahora es el bufón de la historia, pero no pega, porque es un enano y gordo alcohólico.7piratas

De izqda a dcha: Livesey, el pequeño Bjorn, Jim Hawkins, Perro Negro, Dick Johnson, Ben Gunn y Abraham Gray

Eso sí, una cosa que me ha encantado es que se ha ahondado en el pasado del Capitán Flint, que no el loro, porque si no, menuda mierda. Sino el auténtico, el malvado Capitán Flint del que tanto se habla y tan poco se explica en la obra de Robert Louis (le llamaremos así un rato porque su apellido me está llenando demasiado la boca).

cap flint

El malvado Capitán Flint con su loro homónimo camino de su isla homónima. Aquí todo es homónimo

En comparación con el primer número de Long John Silver (LJS) – Lady Vivian Hastings, podríamos decir que:

-La editorial no es Norma, sino Planeta deAgostini, y esta vez se lo ha currado mucho porque, aunque de tamaño es unos 3 cm más pequeño, cuesta únicamente 8.95 € por 64 páginas a color (7 € más barato con 4 páginas más), tapas duras y ningún error ortográfico que haya visto.

-La narración, a cargo de Tim McBurnie, es algo más sencilla, con diálogos menos trabajados que los de Xavier Dorison en LJS, pero con una trama que resulta más llevadera, lo que hace que sea una lectura muy agradable y que no canse en absoluto.

-El dibujo, por Pascal Bertho, es mucho más limpio y los colores más claros, alejándose de ese tono oscuro que caracterizaba la obra de Marthieu Lauffray en LJS.

-Aunque aparecen muchos más personajes pertenecientes a la obra de Robert Louis, los importantes están peor caracterizados.

-El espíritu de aventura se transmite literalmente desde la primera hasta la última página.

-Deja un buen regusto tras terminar de leerlo. En una palabra: mola; en dos: mola mucho.

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One Piece: Una historia de piratas sin igual


DECLARACIÓN ANTI-MODERNITOS: PARTE II

septiembre 19, 2009

Como comenté en la primera parte, hoy seguiremos poniendo a parir a la subespecie conocida como “modernitos”, esta vez, desde la perspectiva musical.

Indie, ¿la música de los modernitos? ¡¡¡NOOOO!!!

Aburrimiento Una tarde de aburrimiento, practicando lo que muchos considerarían un deporte nacional y tras realizar un técnico movimiento, cambié de canal y encontré un canal de música de escaso prestigio. En éste aparecía un grupo de música, reflejo de tiempos mejores en cuanto a calidad y presencia (ahora no importa cuál). Entraré algo en materia más concreta para quien le interese…

Hace ya más de 30 años que comenzaron a surgir nuevas tendencias alejadas de los sonidos más comerciales y trillados, entre JoyDivisionellos el pop y el rock. Nadie, a excepción de quien disfrutaba con ese nuevo flujo melódico proveniente de teclados e influencias electrónicas, absolutamente nadie dio una oportunidad a grupos del nivel de Joy Division (Post Punk) o Depeche Mode (electrónica).

El new wave no tardó en pasar a la historia; pero gracias al efecto 2000, los grupos independientes se renovaron notablemente. Aparecieron nuevas formaciones, más o menos cercanas a los antiguos maestros, Interpolcomo Fran Ferdinand, Kaiser Chiefs, Arctic Monkeys, MuseInterpol (influidos notablemente por Joy Division), o incluso, los sobrevalorados The Killers. Por cierto, y para quien verdaderamente disfrute con esta música, recomiendo escuchar alguno de sus antiguos temas como: “Jacqueline”, «Oh My God«, “Cigarette” o “Running out”, respectivamente. Cualquier canción de Interpol sería válida y tan sólo “Somebody Told Me” de The Killers vale la pena según mi criterio…

Podría decir que he visto en concierto a la mayoría de los grupos anteriormente nombrados, y a muchos otros que no he incluido. Puedo decir que he disfrutado ENORMEMENTE con la mayoría e, incluso, podría añadir que con estos grupos he acompañado algunos de los mejores momentos de mi vida.

Sin embargo, todo esto se marchita, se pudre dentro de las profundidades del entendimiento y la intelectualidad de los modernitos. Son capaces de escuchar a todos estos grupos alardeando de sus conocimientos musicales sin a penas decirte qué les caracteriza en general, o qué les diferencia en concreto a cada uno de ellos; cuál destaca por sus tendencias más electrónicas, rock, after-punk, etc. Son capaces de gastarse 50€ en el concierto de cualquiera de ellos para posar con el resto de colegas modernitos. Y son capaces de violar un género musical de décadas de evolución sólo porque AHORA ESTÁ DE MODA.

MadonnaNOOO! Esto da lugar a los cambios que, quienes seguimos de cerca a estas bandas, hemos observado durante el último año en sus nuevos trabajos: melodías menos elaboradas, más comerciales, con excesivas influencias electro-dance que nos hacen recordar los estragos causados por Madonna… y nos hacen olvidar los riffs con que nos embelesaron desde el principio, en sus primeros trabajos. Este es el resultado. Cuando un puñado de borregos se agrupa alrededor de algo que muy pocos saben admirar, tal suceso se devalúa y pierde parte de su brillo. Consecuentemente, ya no requiere la misma dedicación, pues es de sobra sabido que tendrá salida (Leyes económicas: oferta y demanda; en este caso, de la música).

¿La gente quiere mierda? -se preguntan los músicos y los sellos discográficos- ¡¡¡¡¡PUES LES DAREMOS MIERDA!!!!!

Tras estas parrafadas y las que dediqué a esta subespecie en el post anterior, muchos lectores se preguntarán:

-“¿Por qué odia a gente que se interesa por cultivarse, por avanzar y mejorar como personas?”.

Es muy fácil. ODIO su motivación externa y su falta de iniciativa por coger las riendas de su vida. No es gente a la que le interese cultivarse, avanzar o mejorar como personas; no es gente a la que le atraiga el cine desde unos principios; gente que viva la fotografía, que ame la música o que disfrute con los viajes de la lectura. Son sujetos que han caído, UNA VEZ MÁS, en el carro de la moda, de las apariencias y de la fuerza de la corriente. Son sujetos que ensucian y hacen que se minusvalore el trabajo y esfuerzo de aquellos que se interesaron (sin la influencia de tendencias) por hacer aquello que les reportaba mayores ganancias como persona. Y son sujetos cuya única finalidad en la vida es exhibir por doquier su penosa y egocéntrica pedantería.

-“¿Qué le pasa a esta progre? ¿Acaso piensa que ella no es influida por la sociedad?” pensarán otros…

Desde luego y, a veces por desgracia, el ser humano es un animal social. Pero la influencia tiene unos límites o, al menos, debería tenerlos. La influencia debería acabar donde empieza la capacidad de decisión y elección, y no tornarse en el dictado de conciencias, pensamientos, valores y actitudes como, de hecho, ocurre.

-CONCLUSIÓN. Tengo la teoría de que son seres inferiores, que no sienten, ni piensan. Es más, creo que son clones de lo que un día fueron humos que quieren apoderarse del mundo guiados por los mandatos de algún ser maligno (probablemente Dios). Así pues, hemos de procurar que el bien triunfe sobre el mal y sus amenazas.Artilleria imperial

Propongo una persecución sistemática por las calles hacia estos seres. Os llamo a la batalla con el fin de anticiparnos a sus próximos movimientos y poder atacarles por sorpresa. Entre los actos propuestos, se contemplan: escupirles cuando pasen cerca, articular improperios sonoramente, boicotear sus exposiciones fotográficas y las pasarelas de moda, quemar la sección de complementos de las tiendas (¡no más sombreros!), etc. Con este llamamiento insto, a todo aquel que quiera participar, a apuntarse al carro de nuestra valerosa BATALLA y a proponer nuevos ataques, cuanto más dañinos, mejor.

Sin nada más que declarar, me despido de vosotros con un cordial saludo y esperando una respuesta unánime.

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DECLARACIÓN ANTI-MODERNITOS: PARTE I


«Elegid azul, es el nuevo rojo»

septiembre 12, 2009

Nota: 6/10

384582Dicen en Wall-e, pues con el ejemplo que nos ocupa es igual. Exactamente igual. Y es que… ¿te suena lo de leer números y números… y tener la sensación de que el autor no tiene ni zorra de adónde quiere ir? ¿Como si lo improvisara todo sobre la marcha? ¡Sí, sí! Esa pesadez de leer casos y casos que no tienen prácticamente nada que ver unos con otros, que, molan, sí, pero al cabo de los años acaban cansando… Con todos ustedes… chun-chun… ¡¡¡Fairy Tail!!! ¡¡El nuevo Detective Conan!!

De hecho, Hiro Mashima, el crack del autor, ¡hasta lo reconoce! Todo un maestro por poder decir sin que te caiga la cara de vergüenza semejantes palabras:

“Hablando del futuro, en este manga no se piensa en absoluto en el futuro (jaja) [¿qué le parece divertido?] (…) ¿Qué le voy a hacer? Durante el periodo en que tenía que preparar la serie, estuve todo el tiempo divirtiéndome, así que cuando llegó el momento de empezar me puse a escribir sin pensar para nada en el futuro [hasta parece orgulloso y todo]. Debido a ello, cada semana sigo adelante sin saber muy bien qué pasará. En fin, en realidad me da igual [toma ya, ¡ole tus huevos!]. Por eso, podéis escribir pidiéndome el tipo de trabajo que os gustaría que hicieran Natsu y compañía [eso, encima pidiendo que le hagan el trabajo]”.

Aaigh (sexylexia…). La vaguería y la cara dura llegan a adoptar tantas formas diferentes en esta corta vida que es completamente imprevisible cómo y cuándo nos afectarán directamente de nuevo.

Pasando a otro tercio, las similitudes con One Piece no dejan de abordarme constantemente en plena lectura, llegando hasta el punto de que directamente no puedo evitar creerme que lo que estoy leyendo no es sino otra historia de One Piece, sólo que en vez de con piratas, con magos. Y NO es sólo el dibujo, es también la caracterización de los personajes, como bien se muestra en la imagen de abajo.

plagietere9

Y es que cuando ya en el tomo 6 de Fairy Tail vi a uno de los protas usando un barco pirata y a otro estirando el brazo como si fuera de goma me quise meter una pistola en la boca, pero, en vez de eso, comencé la redacción de este artículo.

Fairy Tail TLH

Para los que no hicieron jeroglíficos en el colegio: Luffy + Ace = Natsu

El dibujo es muy detallado y aún así consigue ser limpio y claro (algo que no siempre se consigue en OP). Y los guiones son muy, muy divertidos. Joder, si es que el tío tiene talento, lo que pasa es que no lo aprovecha, ¡y lo mejor es que le da igual! Lo dicho, todo un maestro. Pese a todo, le daría más nota si la historia no fuera tan cíclica:

  1. Hay un caso guay en el gremio.
  2. El grupo de protagonistas lo coge.
  3. Intercambian hostias contra los malos pero al final ganan.
  4. Vuelta a empezar.

Parece haber una especie de sub-trama con los del Consejo Mágico por ahí pero… sin más. Es como lo de Los Hombres de Negro en Detective Conan… de repente te sueltan una miguita de pan pero tienes que esperar 4 o 5 tomos (o sea, 8 o 10 meses) para que te suelten otra.

Editorial y precio: Norma Editorial, 7,50 € cada número. Ah, y cabe destacar que los tomitos incluyen los extras del autor.


Una de piratas: Long John Silver nº1 – Lady Vivian Hastings

septiembre 6, 2009

Nota: 7/10

IslaDelTesoro

Zapp Branigan dijo sabiamente: “Hace poco leí un gran libro en DVD”, y como a mí me gusta seguir a los grandes maestros contemporáneos tomé ejemplo, y en mi caso ese gran libro fue La Isla Del Tesoro, de Robert Louis Stevenson. Busqué en IMDB cuáles eran las adaptaciones más valoradas de todas las que se habían hecho y encontré la de 1950, con un 7, y la de 1934, con un 7.2. La segunda, por muchas 2 décimas de más que tuviera me parecía prehistórica, así que me decanté por la primera. Y, bueno, no es un bombazo, pero tampoco está mal. El hecho es quería conocer la historia, y es ahora, con una segunda lectura, cuando las piezas por fin encajan en su sitio…

Como brevísimo resumen, en La Isla Del Tesoro se organizaba una expedición a la Isla de Flint, lugar en el que escondió unos cofres llenos de oro un capitán pirata homónimo al que sirvió el terrorífico y maquiavélico Long John Silver (y por el que en su honor bautizó éste a su loro). Todo iba de maravilla hasta que Silver inició un fallido motín contra el capitán del barco con una parte corrupta de la tripulación, hizo que se mataran entre ellos y los pocos que sobrevivieron se repartieron las riquezas halladas. Se podría decir que Silver se acabó enemistando con absolutamente todos los miembros del barco, y aún así, haciendo gala de una inteligencia sin par a la hora de manipularlos a todos constantemente, consiguió escapar en solitario y salvar la vida. Fin.

Long_John_SilverVolviendo a lo que nos ocupa, pese a que los autores (Xavier Dorison al guión y Marthieu Lauffray al dibujo) digan que no pretenden tal cosa, bien podría ser una continuación moderna de La Isla del Tesoro, pues sigue la línea argumental de esta allá donde la dejó Setevenson. Los diálogos están muy bien construidos y hacen fácil el introducirte en el contexto histórico, que si no recuerdo mal era a finales del siglo XVIII. El dibujo, pese a ser un poco sucio, está bastante bien para ser cómic europeo (recordemos que este, con la excepción de Asterix y alguno que otro, suele contar con un dibujo de mierda porque los holgazanes de los autores argumentan que para qué cuidar el dibujo si ya cuidan el guión. Eso me pregunto yo, atajo de modernitos, ¿para qué?).

Así, han pasado unos años y los personajes lejos de volverse unos inútiles, han ganado en atractivo como muchas féminas decían, a mi parecer erróneamente, de Clint Eastwood. En esta ocasión se financia una expedición a una isla de impronunciable nombre que se cree pudo dar mito a El Dorado y, cómo no, Silver se las ingenia para ser partícipe y llevarse consigo al bueno del dr. Livesey, uno de los personajes principales de La Isla Del Tesoro. Cabe destacar que las personalidades de estos dos siguen a la perfección las pautas de comportamiento marcadas por Stevenson en su obra y resultan completamente creíbles.

Respecto a las tres entregas posteriores de esta saga que ya están previstas, y que algún año saldrán a la venta, se espera dos cosas de ellas:

1: Que tengan algo más de miga y aventura que este primer número, que en esos aspectos ha resultado ser un poco insulso.

2: Que aparezca el joven Jim Hawkins, padawan de Silver, porque si no me sé de uno (yo) que puede acabar metiendo la cabeza en el microondas.

blz17Posdata: hace tiempo leí algo sobre un tal Jim Hawkins y su loro (legado de Silver), el capitán Flint, colgado al hombro, pero hasta ahora no tenía ni idea de quién coño era. Aquella lectura, cuya caracterización de estilo manga y un coloreado perfecto dan una magia a la historia difícil de describir, fue Lullaby, una gran aventura en donde se encuentran seres sacados de los cuentos de hadas tan variopintos como el Flautista de Hamelín, Pinocho, Milady, Alicia o el propio Hawkins.

Editorial y precio: Norma Editorial, 16 €, 60 páginas, tapas duras y ningún gazapo que servidor haya podido encontrar.

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